martes, 10 de julio de 2012

Hablan de consecuencias de la muerte de Obregón

Hablan de consecuencias de la muerte de Obregón Además del nacimiento del Partido Revolucionario Institucional, la muerte de Álvaro Obregón en 1928 trajo a México un sistema político que tuvo una vigencia muy sólida hasta el año 2000. NTX 30-12-2008 More Sharing ServicesCompartir MÉXICO (NTX)._ Además del nacimiento del Partido Revolucionario Institucional, la muerte de Álvaro Obregón en 1928 trajo a México un sistema político que tuvo una vigencia muy sólida hasta el año 2000, cuando ese partido perdió la presidencia de la República, afirmó el investigador Agustín Sánchez González. A propósito de la tercera reedición de El general en la Bombilla, un ejercicio de documental en torno a la frustrada búsqueda democrática de los mexicanos, el especialista señaló que el deceso de Obregón significó la institucionalización de la Revolución Mexicana. A través de una ágil crónica, en el texto de 249 páginas y ocho capítulos editado por Planeta en su colección de bolsillo, Sánchez González presenta un mosaico de opiniones y anécdotas que recrean el contexto que rodea al crimen de quien fuera el 48 presidente de México. En cada una de sus páginas, vuelven los fantasmas de aquellos días que marcaron un parteaguas en la historia mexicana. "El libro es como una crónica de buenos y malos, lo que hago es detallar la vida de Obregón como la vida de su asesino José León Toral; la idea fue hacer un trabajo prácticamente policiaco. "Narro todo, desde el encuentro entre Obregón y Toral, hasta el asesinato del Presidente; se trata de una historia que está plasmada como un trabajo cinematográfico", explicó. El rumor de una conspiración de alto nivel y de una libre asociación de actores en un drama escandaloso, hace de este texto una pieza fundamental en la construcción de la memoria histórica de la Revolución y de sus componentes populistas. Y es que para el escritor, historiador y periodista, la idea era hacer una crónica narrada, en la que el lector vaya encontrando y sacando sus propias conclusiones. "No se trata de juzgar al asesino ni al asesinado, es más bien presentar lo que ocurrió. Obregón es un personaje que seduce mucho porque fue el único Presidente que fue solemne, capaz de hacer chistes por sí mismo", indicó. "Muchos de los capítulos se refieren a bromas y obras de teatro como La muerte de Don Adolfo, Las calles de Don Plutarco, El mocho muerto por un mocho, La concha madre, De calles y deportes y El desmoronamiento, es decir, juego mucho con el humor de la época", indicó.

miércoles, 4 de julio de 2012

Santiago Hernández: de Niño Héroe a caricaturista genial




Como casi nunca ha sucedido con los caricaturistas en la historia, la muerte de Santiago Hernández tuvo un gran impacto informativo; fue noticia, inclusive, en la primera plana de El Imparcial que señaló:   “Desde niño se enseñó a defender a la patria”, lo cual resulta sorprendente, pues Hernández fue un crítico político como pocos y, en cambio, este diario era vocero del porfirismo. 

También, La Patria le dio ocho columnas: “Muerte de un veterano. El último superviviente de los defensores de Chapultepec”; en ese mismo tenor informaban otros periódicos como El Chisme
      Curiosamente, la prensa de su época destacó su historia, pero habrían de pasar muchas décadas para que alguien escribiera sobre su vida y obra, pues también, como la mayoría de los grandes caricaturistas, su biografía apenas se conoce.
         En 1954, el grabador Erasto Cortés, uno de los pocos artistas que mantuvo una preocupación por escribir sobre sus colegas, publicó el 1 de agosto de 1954 en El Nacional, un artículo llamado “Santiago Hernández. Gran litógrafo mexicano”, donde señaló: “Muy poco se ha escrito sobre este extraordinario litógrafo.”

      Es curioso, pues a pesar de la reivindicación de muchos de nuestros artistas, su vida sigue siendo un misterio no obstante las decenas de imágenes que aún existen, y que ahora en una feliz coincidencia pueden apreciarse en el Museo Erasto Cortés, en Puebla, dentro de la exposición Caricatura mexicana del siglo XIX, una colección perteneciente a la Fundación de Arte y Música Multicultural de Northridge (MCMAFN), con sede en California, Estados Unidos, donde podrán verse también obras de Constantino Escalante, Jesús Alamilla y Alejandro Casarín, entre otros. 

Santiago Hernández, nacido el 25 de julio de 1832, desde niño tuvo una intensa actividad social, destacando su presencia a los trece años en el ataque y toma del convento de San Francisco, y al año siguiente participando en la defensa del Castillo de Chapultepec ante los invasores estadunidenses. La nota necrológica sólo destaca la parte militar y heroica, minimizando y olvidando otro aspecto fundamental para su vida: su gran calidad estética que lo llevó a convertirse en uno de los más importantes caricaturistas de nuestro país. “Más tarde cambió la milicia por el lápiz, y como caricaturista colaboró en diversos periódicos de aquella época.” Su obra comenzó a destacar cuando pintó al óleo los retratos de los Niños Héroes; autodidacta, a la muerte de su padre comenzó a ganarse la vida pintando cuadros, naturalezas muertas, retratos a lápiz e impartiendo clases. 

 El México caótico que le tocó vivir lo llevó a luchar en diversos frentes, criticando a los conservadores aliados a las potencias imperialistas, pero también a los liberales, con una honestidad combativa ajena a la complacencia política y al dogmatismo tan imperante aún en nuestros días. Ni siquiera Benito Juárez, a quien rendía gran admiración, se salvó de críticas terribles cuando cometió errores o cuando Hernández pensó que Juárez se equivocaba. 

 Tenemos dos ejemplos; en uno Juárez se asoma al Espejo de la conciencia pública, realizado luego de que el gobierno juarista promulgó las bases orgánicas que le otorgaban poderes extraordinarios. En el espejo está un Santa Anna con nariz de payaso y con un pendón señalando la séptima base. Ese es sería el futuro, señala Santiago Hernández con su cartón: terminar pareciéndose al dictador. 

Hernández, al contrario de la mayoría de los caricaturistas, jamás subordinó su simpatía política a la crítica sin tregua, todo lo contrario: cada error político era cuestionado, inclusive de una manera radical. 

 En Las horas en palacio, que ilustra esta nota, Hernández dibuja a un inusual presidente y su gran salario, donde se cuenta cómo pasan las horas Juárez y su gabinete. Ello no significó jamás que Santiago Hernández fuera un antijuarista, todo lo contrario, ya que no solamente defendió a la patria con el lápiz, pues llegó a tomar las armas ya como adulto al ser perseguido por las huestes de Maximiliano. Entonces se suma a las tropas del guerrillero Nicolás Romero hasta que puede volver a usar su lápiz, en 1865. Sus dones artísticos fueron intensos; Erasto Cortés señala que “como caricaturista muestra el contenido de su vasta imaginación, ligada a un profundo conocimiento de la litografía. Utilizó la caricatura como arma eficiente para ironizar acertadamente, con alegre expresión convertida en lenguaje de grandes alcances”. Para Alfredo Guati no hay duda de que Santiago Hernández es el más importante caricaturista mexicano. Sus trabajos claman con urgencia un estudio serio de su vida y obra. En 1868 Constantino Escalante sufrió un grave accidente y muere; entonces Hernández lo sustituye en La Orquesta, y en ese momento se puede mirar su consolidación como caricaturista, aunque ya desde 1862 había participado en La Pluma Roja y La Jácara. Además de las anteriores, tuvo una presencia importante en innumerables periódicos, como El Palo de Ciego, La Máscara, El Espectro, Juan Diego, Rascatripas, La Pluma Roja, El Ahuizote, El Hijo del Ahuizote, entre otros. Asociado a Hesiquio Iriarte, Hernández ilustró muchas de las obras escritas por Vicente Riva Palacio, como El libro rojo, Monja, Casada, Virgen y mártir, Martín Garatuza, Piratas del Golfo, Memorias de un impostor, Los ceros, etcétera; también ilustró otras obras importantes, como Historia del ferrocarril mexicano , Hombres ilustres mexicanos, El Episcopado mexicano. No existe un inventario de su obra; es una pena que genios como este hombre esperen el registro y la creación de una biografía que nos permita entender mejor una época tan compleja como la que le tocó vivir.

El Museo Casa de Carranza exhibe, por primera vez, el mayor número de caricaturas dedicadas al varón de Cuatro Ciénegas

  El Museo Casa de Carranza exhibe, por primera vez, el mayor número de caricaturas dedicadas al varón de Cuatro Ciénegas La exposición &qu...